SEDENA Y SEMAR COMBATEN EL “HUACHICOL” DESDE EL AIRE

Las 14 aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana y seis de la Secretaría de Marina (SEMAR) surcan el cielo día y noche en un despliegue inédito para vigilar las principales vías de distribución de Pemex que sufren sabotajes y ordeña.

El general brigadier Mario Arturo Fuentes Guevara, jefe de la Sección Tercera (Operaciones) de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), manifestó que es la primera vez que el gobierno de México realiza un esfuerzo aéreo de este tipo, exclusivamente para recorrer los ductos y frenar la proliferación de tomas clandestinas.

“Cuando se detecta actividad, las aeronaves entran en comunicación vía VHF con las tropas en tierra, facilitando la coordinación o la concurrencia al punto donde ellos pueden observar un punto donde hay robo de hidrocarburos”, indicó el jefe de la Sección Tercera.

La cruzada contra el huachicoleo comenzó por tierra el 27 de diciembre de 2018 y a partir del pasado día 11 se tomó la decisión de incorporar aeronaves del Ejército y de la Marina para reforzar la lucha.

Para vigilar los más de 2 mil 700 kilómetros de los 11 ductos, la SEDENA ha recurrido a uno de sus aviones más avanzados, el King Air 350ER, equipado con tecnología de última generación y capaz de realizar sobrevuelos nocturnos y detectar movimiento desde 15 mil pies de altura, gracias a una serie de cámaras de alta resolución y visión térmica. Tiene la encomienda de ubicar delincuentes y evitar saqueos sin ser detectados por sus objetivos.

La Fuerza Aérea Mexicana ha desplegado 14 aparatos que cubren rutas de manera aleatoria: dos aviones King Air 350ER, dos T6-CTexan, dos helicópteros Augusta, dos Cougar, dos M1-17, tres UH-60 (Black Hawk) y un Bell 412.

En esta misión participan 60 tripulantes, entre ellos integrantes de Fuerzas Especiales, y 5 mil 200 militares en tierra.

En tanto, la Armada contribuye con un avión King Air 350ER, dos helicópteros UH-60 y tres M1-17 (uno, ambulancia).

La cruzada contra el huachicoleo comenzó por tierra el 27 de diciembre de 2018
La cruzada contra el huachicoleo comenzó por tierra el 27 de diciembre de 2018

“Dado que las actividades también se han incrementado durante la noche, se incorporaron aeronaves de ala fija con capacidad de vigilancia nocturna a través de los aviones King Air y los helicópteros UH60 y Cougar”, detalló Fuentes Guevara.

King Air 350ER (EL REY DEL AIRE )

De esta flota destaca el King Air 350ER, que a una altura de entre 15 mil y 20 mil pies, pasa inadvertido para los huachicoleros. Casi todos sus sobrevuelos son nocturnos y su principal punto de vigilancia es el ducto Tuxpan-Azcapotzalco. Por la altura en la que opera no es detectado por criminales.

Su eficacia ha quedado demostrada en el mar, donde las condiciones del clima suelen ser más complicadas. En tierra, a través de cámaras de alta resolución, ha logrado captar a delincuentes que hurtan combustible.

Fabricado por la empresa Beechcraft Corporation, tiene un costo promedio en el mercado de entre 7.5 y 8.5 millones de dólares, a los que se deben sumar la inversión en sistemas tecnológicos de última generación.

El King Air es utilizado también como patrulla de vigilancia marítima, principalmente en labores de búsqueda y rescate, así como en la detección de presuntos infractores de la ley en aguas nacionales, como traficantes de droga.

Según datos oficiales, la Sedena adquirió en 2014 dos de estos aviones: uno clase 350ER, a un precio de 8 millones 39 mil 54 dólares, y otro por 8 millones 86 mil 75 dólares. En 2015 compró un 350i por 7 millones 409 mil 586 dólares.

Alejandro Torres, especialista en aviación, dijo que el uso del King Air es óptimo para labores de patrullaje en la red de ductos de Pemex, debido a su autonomía de vuelo de hasta siete horas que le sirve para tareas de búsqueda y rescate en el mar.

King Air 350ER
King Air 350ER

El experto señaló que también son eficaces los helicópteros Black Hawk y M1-17.

Lo más complicado de estos operativos es que los militares acuden uniformados y a bordo de sus vehículos a la zona donde se reporta una toma clandestina y todos pueden ver sus actividades.

“(Los huachicoleros) nos observan, no sabemos de quién se trata o si algún vehículo que se cruza con nosotros es conducido por ellos, se mezclan entre las comunidades. Esto complica nuestra operación”, señaló el militar.

 

Con información de Milenio.

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